13 de septiembre de 2011

La Jungla de Cesped (The Grass Jungle) Part III


Sant Quirze del Vallès (Barcelona), 4 de mayo. 04:06h


“Y para finalizar con economía, el Ibex cerró neutro, lo que fue un milagro con un paro de 4,9 millones de personas y una caída brutal de las ventas minoristas, que muestran la tremenda atonía existente. España carece en economía del pulso que le sobra en deseos de que las cosas recuperen la normalidad.
Deportes: No se ganó ningún título, pero lo parecía. Canaletas se vistió de gala para conmemorar la clasificación para la final de la Liga de Campeones y, sobre todo, la eliminación de un Real Madrid travestido de José Mourinho, a imagen y semejanza de un técnico que ha convertido la protesta, el exabrupto y....” ¡clic!

A pesar de la primavera, el enorme aguacero de la tarde ha dejado paso a un viento penetrante y frío que hace más desapacible la espera. Ni las intensas caladas al enésimo pitillo son capaces de llevar algo de serenidad al estado de agitación en que se encuentra. A lo lejos se vislumbran los faros de un auto que, lentamente, viene acercándose al lugar donde permanece estacionado el vehículo que ha alquilado por unos días. Abre la portezuela del conductor, incorporándose hacia el exterior mientras apaga con la suela de su zapato la colilla encendida. Un escalofrío recorre su espina dorsal de norte a sur, a pesar que se frota incansablemente abrazándose con ambas manos para darse unas energías de las que carece.
El vehículo se detiene frente a él pero no para el motor ni apaga los faros frontales, lo que produce un efecto contraluz casi cegador. Entre la bruma que surge del resplandor, aparecen dos sombras de apariencia masculina que se acercan a un par de metros donde se encuentra:
- ¿Qué tal, amigo? ¿Cómo se ha quedado nuestro hombre? No habrá sufrido daño alguno, ¿verdad? - Las “eles” geminadas eran lo más remarcable de sus palabras. Habla el mismo de la primera cita y no adivina en él el más mínimo atisbo de inquietud.
- Esperamos que el trabajo haya quedado pulcro, tal como planeamos. Cualquier error por pequeño que sea, una palabra más de la cuenta con la persona incorrecta o en el lugar equivocado y ya puedes rezar lo que sepas, ten la certeza de que serás fiambre, tú o cualquiera de tus amigos.
- Que no ¡coño! - responde a la ofensa con vehemencia – ¿Y quién cojones es éste, si puede saberse? ¿No habíamos quedado tú y yo aquí solos?
- Por él no tienes de qué preocuparte. Es quien paga - tranquiliza su interlocutor.
- De acuerdo, tú sabrás lo que haces – dice despreocupándose - Todo ha salido a pedir de boca. Dentro de un par de horas se despertará entre putas y travestidos, los recuerdos en su cabeza serán confusos y el aturdimiento hará el resto. Cuando pueda recordar lo sucedido, vosotros no se donde estaréis pero yo andaré muy lejos de aquí, de eso podéis estar seguros.
- Bien, eso está muy, muy bien. Espero que se tranquilice durante un tiempo, lo suficiente para que podamos acabar el trabajo que tenemos entre manos. Queremos vivir tranquilos y este sujeto solo hace que tocarnos “els collons”- (¿De qué conoce a aquel tipo? Su voz le es familiar).
Entre el claroscuro, surge el acompañante, al que intuye más pequeño que el primero, pero sin atisbar otro rasgo físico destacable. Deja una mochila a medio camino entre él y donde se encuentran ellos y vuelve despacio a la par que comenta con voz enérgica:
- Aquí tienes el resto de lo prometido, dos millones y medio de euros en metálico, billetes pequeños, usados y sin marcar. Con esta “propina” cerramos el trato y no nos hemos visto en la vida, ¿Ok? Si alguna vez volvemos a necesitar de tus servicios, sabrás de nosotros por el mismo conducto que esta vez. ¿De acuerdo? - pregunta con voz severa - Espera diez minutos a que nos hayamos ido y podrás largarte. ¡Y al loro! No intentes seguirnos, no hagas nada raro. Si te portas bien, no tienes por qué preocuparte. Ya sabes que estás constantemente vigilado. ¡Buena suerte! Y en un visto y no visto, los dos hombres maniobran el coche para incorporarse a la autopista.
¡Buena suerte! - resopla nervioso -...y ¡buenas noches!

(Este cuento ya ha sido publicado en la revista "La Murada" en su edición del 2011)

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