6 de julio de 2008

Che gelida manina


Paseando brevemente por París varias cosas desfilaron por mi mente pero solo una de ellas me la guardé en el equipaje de vuelta a casa. Serán tonterias mías pero,como en alguna ocasión ya comenté, la ópera me retrotrae hasta los parajes más maravillosos e insólitos y a tiempos convulsos en escenarios largamente soñados...uno de ellos, sin duda, el Barrio Latino con su inigualable fuente de Saint-Michel, el Pantenón, la Sorbonne...allá por mediados del XIX. Solo me queda que mi particular papel de "Rodolfo" acabe enamorando definitivamente con sus poemas a su amada "Mimí" para ser eternamente feliz.


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